CARTA A UN MAESTRO

Hola Heraclio,
¿Cómo va todo? Espero que bien. Te escribo porque, ahora que estoy intentando ser profesora,  me he acordado de ti.
Debo decirte que eres uno de los máximos “culpables” de que yo haya elegido esta profesión,  mejor dicho esta forma de vivir.
Yo era lo que el escritor francés Daniel Pennac  llama una alumna sencilla: no me costaba estudiar, hacia los ejercicios, sacaba buenas notas, buen comportamiento, etc. Pero tú conseguiste algo más con aquella asignatura de Historia del Arte en COU.
Primero hiciste que realmente me gustara la materia; fíjate si me gustó que acabé estudiando esa carrera. No sabría decirte si me gustó más por el contenido o por como la enseñabas: tu presencia en el aula, la pasión e  interés con que nos explicabas cada uno de los elementos artísticos…
También tengo que decir que yo te lo puse fácil, no era ninguna  zoquete, conmigo no sufriste todo los problemas que suelen dar los alumnos de hoy en día: falta de motivación, interés, en fin, objetos de consumo con pocas perspectivas para la vida.
Es cierto que ya estaba en COU y ya era más madura (o eso espero jeje) pero, si bien estudiaba mucho, con tu asignatura era algo totalmente diferente, no me costaba ningún trabajo y hasta se podría decir que disfrutaba.  Seguramente tuviste otros alumnos que te dieran más trabajo que yo, no me cabe la menor duda. Me imagino que ayudaste a muchos porque, si les diste clase con las mismas ganas que a mí y a mis compañeros,  seguro que algo lograste. De hecho yo misma constaté esos cambios en algunas compañeras de aquel año.
Además de que me gustara tu asignatura conseguiste que le pusiera más interés aún a las demás con lo que al final tuve unas calificaciones bastante buenas que me ayudaron  a tener la mente tranquila para Selectividad.
Pero lo más importante que me hiciste ver fue lo interesante y enriquecedor que puede llegar a ser convertirse en profesora,  y desde entonces eres un modelo a seguir en muchos aspectos de este trabajo/ vocación/ pasión… bueno cuando llegue a serlo.
En resumen toda tu sabiduría, tu paciencia, tu imaginación para conseguir interesarnos en cada clase; y, sobre todo, tus ganas por sacar lo mejor de nosotros  son algo de agradecer y de  aprender. ¿Sabes? Creo que en el fondo te caíamos bien, creo que eso engrandece a los profesores, el querer al alumno, el intentar hacer de él mejor persona y no solo menos zoquete.
Un abrazo y gracias por todo,
Marta.